EL PARQUE NATURAL DE LIENCRES, EL GRAN OLVIDADO
LA TRIBUNA PARQUE NATURAL DE LIENCRES
La
proximidad de las elecciones produce en nuestros políticos, sus partidos,
instituciones e incluso asociaciones una repentina necesidad de propuestas, obras
y proyectos, casi todos faraónicos y algunos utópicos. Esta efervescencia por el
boceto nunca ha sido caritativa con el Parque Natural de Liencres, el cual
presenta un estado de abandono muy palpable, multiplicado estos últimos años donde
el mantenimiento ha brillado por su ausencia.
El
principal problema que presenta el Parque Natural ha sido competencial, esto
es, todos los Entes y Administraciones que de una manera o de otra tienen
competencias en el Parque, han entorpecido cualquier decisión, lo cual se
incrementa cuando estos órganos son política o territorialmente distintos.
Inicialmente,
el Parque Natural comienza su andadura como tal en el año 1987, cuando se
aprueba el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG). En este periodo se adquiere
sensibilización con el entorno y se establece su protección, a la vez que se
comienzan los trabajos de actualización de infraestructuras, limpieza y podas
en el interior. A mi juicio, la época donde más se notaron las actuaciones, ya
que de ahí derivan la mejora del acceso, los aparcamientos, vallado perimetral
y dotación de servicios a la zona, incluso se crean las sendas interiores y se
inician los trabajos de poda selectiva y limpieza. Con posterioridad, las
actuaciones se ciñeron en mantenimiento de lo existente y en la medida de lo
posible, ampliar las zonas limpias de matorral bajo y desbroces. De esta época
son la red de caminos y accesos a las distintas bocas de riego para las
motobombas.
Posteriormente
el Parque se configuro como Patronato, órgano colegiado con mayor número de
miembros y que pretendía ser la solución definitiva que diera cobertura y remedio
a todos los problemas que tenía el Parque y que irían surgiendo. La realidad ha
sido bien distinta, ya que en estos últimos años se ha hecho muy patente la
falta de mantenimiento en el mismo. Es evidente, por ejemplo, el estado de
conservación de los aparcamientos, la invasión de plantas y matorral en el
interior que recupera terrenos que ya estaban limpiados y por lo tanto de esta
manera se incrementa de una forma considerable el riesgo de incendio. Por otra
parte, las sendas que estaban originariamente trazadas están totalmente
desdibujadas y posibilitan que todo el mundo vaya por donde le apetezca. Otra
solución que se implantó, según mi entender de forma temeraria, fue el cierre
del vial de servicio que discurre por la parte Norte del Parque y que, bien
utilizado y regulando su uso, permitía la salida y evacuación del entorno,
sobre todo ante un riesgo de incendio. La última noticia, la cual no tenía
constancia el Patronato, es llevar una senda por el límite natural del Parque, paralela
al regato de Los Ganzarros, que no aporta ninguna solución a las necesidades
que tiene el Parque y que vuelve a ser una medida impulsiva con fines
electorales.
La
Universidad de Cantabria realizo a principios de siglo un estudio de vialidad
para todo el Parque Natural, implantando soluciones efectivas, tales como: viales
de sentido único, aparcamiento disuasorios, sendas peatonales, carriles bici, además
centralizaba las zonas de servicios en áreas de nulo impacto visual e incluso
suprimía parte de los aparcamientos en la zona que hoy conocemos, recuperando espacios
naturales. El estudio capitaneado por Angel Ibeas, descendiente de Liencres y
gran conocedor de la zona, rozaba la excelencia, pues daba solución a todos los
conflictos que se originaban en el entorno y a su vez permitía un uso más
racional y lúdico de los espacios dando cabida a todas aquellas personas que
quisieran disfrutar de un entorno tan privilegiado. Lo negativo de este soberbio
trabajo, es que en la actualidad estará cogiendo polvo en algún cajón de la
Conserjería de Ganadería.
La
conclusión que quiero trasladar, es que el Parque Natural de Liencres, lleva
mucho tiempo sin un rumbo claro, sin definir exactamente los usos que queramos dar
al mismo y que a su vez nos permita disfrutar de un maravilloso entorno sin
tener que pensar donde puedo aparcar porque los pocos aparcamientos existentes están
copados por autocaravanas, si voy a romper mi coche en un bache, o si voy a ver
algo que no deseo. Es necesaria una apuesta firme, sólida y valiente que huya
de medidas vehementes y que persiga un fin concreto para dar cabida a cualquier
uso y disfrute de este privilegiado entorno.
Fco.
JAVIER TORAYA MUÑOZ
Liencres